viernes, 14 de abril de 2023

EN EL MUSEO DE CHÉJOV EN MOSCÚ.

 

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EN LA CASA-MUSEO DE CHÉJOV EN MOSCÚ.

 


[Entrada de la Casa-Museo de Chéjov en Moscú. Fotografía :NM]

 

En el 2006 visité el museo de Chéjov en la calle Sadovoe-Kudriskoe de Moscú. Lo creó la familia del escritor en 1912. Allí vivió Chéjov desde 1886 hasta 1890 y allí escribió muchos de sus relatos. Se mudó a esa casa en la época cuando no duraba más de un día haciendo un cuento. “Los escribía con la misma rapidez que un reportero hace una nota sobre un incendio”, afirmaba el propio escritor. En el museo están la sala; el cuarto de trabajo, donde Chéjov consultaba a sus pacientes y escribía sus libros (lo hacía escuchando música, que tocaba en un piano su hermano Nicolás.

 


[Escritorio de Chéjov. Fotografía: NM]

 


[Placa del doctor Antón Chéjov. Fotografía: NM]

 

La música preferida de Chejov era el Preludio nro. 6 de Chopin ) ; y los dormitorios de él y sus familiares.

 

 


 

 El guía nos muestra el título de médico obtenido en la Universidad de Moscú y nos cita unas palabras del escritor: “No tengo dudas, las clases de medicina influyeron enormemente sobre mi actividad literaria. Ellas aumentaron el diapasón de mis observaciones, me dieron muchos conocimientos, cuyo verdadero valor para mí como escritor lo puede entender sólo un médico…la medicina es mi esposa y la literatura es mi amante.”  Vemos su maletín médico, un mortero para preparar remedios, una campanita…Más allá una fotografía de Chaikovski, quien lo visitó en 1889 para agradecerle la dedicatoria del libro Gente Triste. La biblioteca que una vez estuvo aquí, -dice el guía. Chéjov ordenó entregarla después de su muerte a su ciudad natal , Tagangor.




[Algunos libros de la biblioteca de Chéjov. Fotografía: NM]

 

 

 Luego agrega, mostrándonos una foto: vean a Chéjov en la clínica atacado por la tuberculosis en 1897…Tolstói lo visitó y hablaron de la inmortalidad del alma…Salimos del museo y yo recuerdo unas palabras de Chéjov sobre ese tema: “Creer en la inmortalidad del alma es una cobardía que reconforta”.

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

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