sábado, 1 de junio de 2019

EL MUSEO DE MARX Y ENGELS













EL  MUSEO DE MARX Y ENGELS
Edgardo Malaspina
1
Nuestro inolvidable y apreciado profesor Víctor Frolov  solía decir que la arterosclerosis es una enfermedad no del todo mala: olvidas las cosas y si alguna circunstancia las hace recordar, entonces te alegras como si fuese una novedad.  La arterosclerosis  deviene, abajo esas premisas, en una especie de fuente permanente de la alegría, cuyo sustento paradójicamente es el olvido. Eso me pasó con unas cajas arrumadas en el depósito de mi casa. Abrí una de ellas y me emocioné al encontrar unas viejas fotografías y unas postales desvaídas y pegadas unas con otras.  ¿Lanzarlas al cesto de la basura? Mejor es compartirlas.
2
Las postales son del Museo de Marx y Engels y evocaron la visita que hice  a esa institución hace…hace muchos años.
Mo Yan, el único chino  Premio Nobel de Literatura, afirma  que “de los cincuenta en adelante, uno no tiene memoria para las cosas recientes, pero las cosas del pasado las recuerda cada vez mejor”.
3
El propio Lenin propuso la creación del museo en 1920, el cual abrió sus puertas  en 1962 para recolectar documentos relacionados con la vida de Marx y Engels, imágenes, obras de arte y reliquias de la lucha revolucionaria.
4
En 1992 desapareció el Instituto de Marxismo Leninismo, donde funcionaba el Museo de Marx y Engels. Todas las colecciones fueron traspasadas al Archivo de Historia Política de Rusia.
5
Así es la vida, según la dialéctica: todo cambia.


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