MEMORIAS
DEL SUBSUELO
Edgardo
Malaspina
1
Memorias
del subsuelo es una novela corta escrita por Dostoievski en 1864 , quien se
encontraba atravesando una situación difícil que lo somete a un estado
depresivo: su esposa, María Dmitrevna Isaeva, ha muerto; un hermano, también;
el gobierno le censura y cierra sus revistas; tiene problemas financieros por
culpa de su adicción al juego; y encima de todo eso está enfermo de
hemorroides.
2
La
novela, de corte filosófico, se divide en dos partes: la primera se denomina El
subsuelo (once capítulos), mientras que la segunda se llama A propósito de la nieve
derretida (nueve capítulos).
3
El
subsuelo es el monólogo de un funcionario marginal sin nombre. También puede
entenderse como un diálogo con el lector. El funcionario siente que debe
vengarse de todos. Planifica la venganza pero no la lleva a cabo. Sabe que es
un ser insignificante, tiene problemas con su conciencia. Quiere actuar de
manera malévola e indigna y luego se arrepiente. El funcionario es un indeciso, un nihilista. Todos
en lo más profunda de nuestras almas somos sucios. El que se crea libre de
pecados que lance la primera piedra. “No me cuido, ni nunca me he cuidado, por
más que profeso estimación a la Medicina y a los médicos, pues soy sumamente
supersticioso, por lo menos lo bastante para tener fe en la Medicina. (Mi
ilustración me permitiría no ser supersticioso, y, sin embargo, lo soy…”.
4
El
funcionario es un resentido social: “Ahora termino mis días en un rincón, con
ese maligno y vago consuelo de que un hombre inteligente no puede lograr
abrirse camino y que sólo los necios lo consiguen”.
5
Hay
que hacer las cosas a su debido tiempo: “Tengo cuarenta años, y cuarenta años
son toda la vida…¡vivir más sería
indecoroso, despreciable, inmoral! ¿Quién podría vivir más de cuarenta años…Yo
os lo diré: lo necios o los malvados”.
El
escritor venezolano Argenis Rodríguez (fue mi paciente), representante de la
corriente literaria denominada “Realismo sucio” (https://es.wikipedia.org/wiki/Realismo_sucio)
se tomó muy en serio el tope de los cuarenta años. Citaba constantemente esa
frase del personaje de Memorias del subsuelo, y llegó a una conclusión: hay que
revisar nuestra vida a los cuarenta años, y si creemos que no hemos hecho nada,
entonces debemos suicidarnos.
Rodríguez
le dio muchas vueltas a ese asunto y terminó colgándose.
6
El
hombre que conoce las causas de los fenómenos es un sufrido: “Os juro, señores
, que una conciencia demasiado lúcida es una enfermedad”. “Soy culpable porque
soy más inteligente que cuantos me rodean”. “El hombre normal es estúpido…” “He
dicho, y repito, que las personas que se salen de lo vulgar y todos los hombres
de acción son precisamente tales porque son estúpidos”.
7
Nietzsche
afirmaba que para entender verdaderamente el sentido de la vida era necesario
vivir en la ladera de un volcán. Dostoievski dice: “Es indudable que los más
intensos placeres se los debemos a la desesperación, sobre todo si tenemos la
conciencia integra de hallarnos en un
callejón sin salida”.
8
El
valor del ocio para la creatividad lo vemos aquí: Cierto que el tedio fomenta
la imaginación…”
9
“Conservando
la razón es imposible desear”.
10
Sobre la ingratitud: la mejor definición que del
hombre pudiera darse es esta: ser bípedo e ingrato.
11
El
hombre se distingue de los demás animales porque tiene el privilegio de
maldecir.
12
El
hombre es destructor por naturaleza: Que esté bien o esté mal, lo cierto es que
a veces resulta grato quebrar alguna cosa.
13
El
personaje de Dostoievski es bipolar: Ocurrían cosas contradictorias. Como la
oficina acababa por asquearme, no pocas veces volvía del trabajo enfermo. Más
pronto sin causa ni motivo, iniciábase en mí una fase de escepticismo e
indiferencia (todo lo mío era así en fases), y al punto me ponía a burlarme de
mi intolerancia y repulsión y a recriminarme por mi romanticismo. Tan pronto me
daba me daba por no hablar con nadie como me ponía, no sólo a hablar, sino
hasta bromear amistosamente con todos”.
14
Es
también masoquista: “Cierta vez, al pasar de noche junto a una tabernucha, pude
ver, a unos jugadores de billar que se sacudían el polvo con los tacos y
concluyeron por tirar a uno por la ventana…hube de sentir envidia del hombre
que habían arrojado por la ventana, hasta el punto que empujé la puerta de la
taberna y penetré hasta la sala del billar: puede-decía para mí-que me tiren
también por la ventana”
“Pero
yo no codiciaba su cariño, sino que, por el contrario, ansiaba que me
despreciasen”.
15
El
personaje tiene un carácter epileptoide, y no es casualidad: Dostoievski era epiléptico:
planifica detalladamente golpear con el
hombro a un oficial a quien cedía el paso en la acera. No quería cederle el
paso, pero no tenía el valor y por eso tenía insomnio. Le daba fiebre, delirio,
palpitaciones.
16
Obraba
compulsivamente haciendo cosas que sabía
estaban equivocadas.
17
El
hombre gusta de contar sus pesares no sus alegrías.
18
Sobre
la tuberculosis: La tisis no es una enfermedad como la fiebre. El enfermo
conserva la esperanza hasta el último instante, y asegura que se encuentra
bien. Se hace ilusiones sobre su verdadero estado.
19
Lo
que pensaba en la noche, al día siguiente lo consideraba un absurdo.
20
Amar
es sinónimo de tiranizar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario